La Misericordia


Piadosa Hermandad del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de Córdoba y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo.







Con la entrada del nuevo milenio se produjo la unión de dos hermandades existentes: por un lado la del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de Córdoba (ya fusionadas en 1741); y por otro, la del Cristo de la Misericordia y la Virgen de las Lágrimas, fundada en 1937 por un grupo de cofrades dirigidos por Francisco Melguizo. Crearon una hermandad que rinde culto a una antigua y milagrosa imagen de crucificado existente en la basílica de San Pedro, a la que en 1950 se le uniría como cotitular la Imagen de la Virgen. En 2005 fueron, junto con la hermandad de la Buena Muerte, los organizadores de la Peregrinación Jubilar Diocesana de las Cofradías a las Reliquias de los Santos Mártires y así ganar los cofrades la indulgencia concedida por el aniversario del martirio.
Basílica Menor de San Pedro. Fue basílica romana dedicada a los santos Fausto, Januario y Marcial, además de catedral cristiana durante la dominación musulmana. Reedificada tras la reconquista en tiempos de San Fernando, lo que mayor atractivo muestra hoy día es la capilla de los Santos Mártires en la que se guardan las reliquias encontradas en el año 1575, joya del barroco, destaca además de la urna, la lámpara de plata obra de Lucas Valdés regalada por la ciudad, en el año 1602. Una famosa lápida de mármol nos dice en el exterior que “tras ese muro se cobija el tesoro mayor de esta ciudad”. Ha sido recientemente nombrada Basílica Menor de San Pedro.
Cruz de Guía en madera tallada y dorada, con incrustaciones de espejos (1944); estandarte de Cristo bordado en oro y sedas sobre terciopelo morado, con medallón de plata representando el rostro del Cristo, similar al de la Virgen que va montado sobre color blanco; Relicario de los Santos Mártires, realizado en plata; bocinas cinceladas por Francisco Díaz Roncero, en 1962, con paños bordados en oro por las Madres Adoratrices de Córdoba; estandarte sacramental con bordados de Mercedes Castro bajo diseño de Álvaro Rodríguez del Moral, enmarcando un antiguo medallón de plata (2005).
Ver pasar la cofradía de la Misericordia en la noche del Miércoles Santo es descubrir la Semana Santa de aquellos años perdidos y ya pasados. Es una vuelta la esencia cordobesa, del barrio unido a su hermandad y de la devoción cordobesa unida a sus Mártires. En pleno ecuador de la Semana Santa, al ver desaparecer entre las calles el palio de la Virgen de las Lágrimas desde la plaza de la Almagra ya de vuelta a su templo, nos hace ver que la Semana Santa inicia su final.

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