La Sangre





Pontificia, Real, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre, María Santísima de Consolación y Lágrimas, y del Santo Sudario



Sus orígenes están en 1507, siendo una de las cofradías más antiguas de la ciudad. En el siglo XVII ésta archicofradía es relevante, el obispo de Málaga Juan Alonso de Moscoso, hace una clasificación de las hermandades y coloca a la Sangre en segundo lugar, al mismo nivel que la Vera Cruz. En 1921 se le concedió el título de Real, además de la aceptación por los Reyes de España, de los nombramientos como Hermano Mayor Honorario y Camarera de Honor. Posteriormente en 1991 se vuelve a pedir, a los actuales Reyes de España, que acepten los nombramientos de Hermano Mayor Honorario y Camarera de Honor. En 1922, por obra del Hermano Mayor Antonio Baena, el infante Jaime de Borbón entrega a la Archicofradía el Pendón de Castilla. Con los sucesos de 1931 se perdió gran parte del patrimonio, salvándose la Virgen de Consolación y Lágrimas por no encontrarse en la desaparecida iglesia de la Merced. En el 1940, comienza su reorganización que llega a su esplendor con la construcción de la casa hermandad en 1990. Son hermanos Mayor Honorario, el Ayuntamiento de Burgos, la Diputación de Burgos y la Casa de Castilla y León en Málaga.

Parroquia de Santa Cruz y San Felipe Neri. El origen está en las dos capillas que inicialmente el Conde de Buenavista edificó entre 1720-1730, donde estaba la ermita de San Felipe, al lado de su casa palacio de la calle Gaona. Se abrió al culto en 1785 y posteriormente acogería a los Filipenses por primera vez en esta ciudad, ya que la capilla estaba dedicada a San Felipe y San Francisco de Sales, erigiéndose en parroquia en 1841. El proyecto era del arquitecto Ventura Rodríguez ,con fachada de diseño clásico con portada en dos cuerpos entre dos torres salientes. Las portadas laterales, tienen las formas de finales del siglo XVIII. La primitiva capilla en su exterior tiene los muros esgrafiados con decoración geométrica entrelazados en rojo y ocre que es usual en el primer cuarto del siglo XVIII. En el presbiterio hay un baldaquino de corte neoclásico, realizado en 1795 en mármoles policromos y madera, atribuido a José Martín de Aldehuela. Sobre el balcón del Coro, un escudo de la orden de los filipenses es el único resto de la caja del órgano que realizó Martín de Aldehuela. La capilla central la ocupa el retablo de la Orden Tercera de Siervos de María, realizado en el siglo XX, talla dorada del siglo XVIII.


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